Los historiadores digitales tendrán trabajo en describir e interpretar qué pasó hace diez años en el mundo de la comunicación. En ese momento, la mayoría de las redes sociales eclosionaron cambiando radicalmente el concepto de comunicación en todo el planeta.
Será trabajo de los sociólogos digitales explicar las ventajas e inconvenientes de estos 10 años de redes sociales, pero parece incontestable que los más de 1.250 millones de usuarios de Facebook supera la masa crítica para ocasionar un cambio significativo en los hábitos, comportamientos y consciencia de toda la raza humana.
A nivel práctico, Facebook nos ha introducido en la lectura de medios digitales, a buscar y discriminar contenidos de interés en los posts del muro y a interactuar con los textos, imágenes, vídeos y acciones de marketing de personas, empresas o instituciones de manera habitual.
El uso de Facebook nos ha ayudado a desarrollar e incorporar habilidades digitales aplicables de forma inmediata a otras áreas de nuestra vida y adaptarnos más fácilmente al medio social y profesional digital que nos toca vivir.
Dentro de estas cualidades destacaría las siguientes:
- Fomentar la lectura on-line
- Desarrollar la multitarea
- Convertirnos en creadores de contenido
- Publicar contenido de manera habitual
- Interactuar con publicaciones de otros
- Dar respuesta a sugerencias, aportaciones y críticas on-line
- A manejar audiencias (no importa si de decenas o de millares de personas)
- Tener una consciencia del impacto mediático personal
- Ampliar nuestra zona de influencia más allá de nuestro círculo cercano
- Pensar de forma global y expandir nuestro campo de consciencia
Facebook lo ha conseguido creando una plataforma donde la gente se lo pasa bien, contacta con amigos, se proyecta como quiere y recibe microdosis diarias de autoestima. Y en ese ejercicio, aprenden cómo unirse los unos con los otros en un entorno de comunicación digital positiva.
La gran aportación de Facebook es su silencioso papel de maestro digital
A escala formativa, la gran aportación de Facebook es su silencioso papel de maestro digital. ¿De qué otra forma podríamos haber hecho avanzar a una masa de 1.250 millones de personas en estas disciplinas? Ni creando programas gubernamentales de fomento a la educación digital en empresas, escuelas, asociaciones vecinales o municipales ni invirtiendo millones de euros o dólares en campañas de concienciación lo hubiéramos logrado.
Como humanidad, todo este avance nos ha salido gratis. Por supuesto, hemos puesto mucho de nuestra parte y Facebook no es ninguna oenegé, tiene sus luces y sus sombras. Pero, visto desde esta perspectiva, se lo debemos.
Cuando se forma a alguien es porque hay un propósito de desarrollo mayor, una necesidad que cubrir o una labor que realizar. Y me pregunto: ¿cuál es la tarea que tenemos por delante que necesita que toda la humanidad desarrolle estas aptitudes?
Comparte tu opinión comentando este post.